Un niño de 8 años se veía en un museo, mientras que con su madre vio un cuadro de un pailebote centenario muy curioso. Le pidió a su madre que para su cumpleaños le comprase un barco que se pareciese al del museo.
Después de varios años, se empezó a dedicar a dibujar barcos, poner sus partes en cada sitio que pondría. Uno de los mejores barcos dibujados por él le llamó Pailebote de Santa Eulalia porque había una comida de su país con ese nombre y Santa Eulalia era el barrio de sus abuelos. Se lo puso porque dijo que de mayor transportaría esa comida de un país a otro, para que todo el mundo conociera el gusto que daba.
Cuando se hizo más mayor, le contrataron para ser capitán del barco, gracias a todos esos estudios que se dedicaba a estudiar de pequeña.
¡¡Su sueño se hizo realidad!!
GiRIX
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