dimecres, d’abril 11

EL "PREUSSEN"

Miguel tenía los ojos llorosos. Hacía un día soleado y por la ventana del salón entraba un rayo que iluminaba el magnífico pailebot centenario: El Preussen.
Tantas horas robadas al sueño construyendo esa maravilla de cinco palos que fue el velero más rápido del siglo diecinueve.
Mucho tiempo buscando las miniaturas de polipastos, cabestrantes y tantas otras cosas. También cosiendo las cuarenta y siete velas. Pintando el casco para darle el aspecto de acero tal como fue el original.
Se encaminó al armario, y se enfundó el gabán marinero de botonadura dorada, se caló la gorra y salió hacia la playa cargado con El Preussen.
En el nuevo piso no cabía esa reproducción de noventa centímetros de largo. Era el adiós a esa maravilla.
El Preussen milagrosamente flotaba recortando su silueta sobre el horizonte mientras resbalaban pequeñas lágrimas sobre el rostro de Miguel.

ADL

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